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Resiliencias contaminantes

Los paisajes en esta serie ilustran un posible futuro, en el cual se construyen refugios como simples y cómodas soluciones a un problema descomunal. El entorno de los enmascarados es un ambiente adverso, donde su egoísmo se torna mordaz. Buscan separarse los demás, convencidos de su propia inocencia respecto al estado de las cosas. La completa impermeabilidad con relación al mundo es el sueño del futuro.

Por mucho tiempo se ha hablado de las consecuencias de nuestros actos. Se apuntan a los corrosivos protagonistas de este planeta. Pero cuando ya está ahí, cuando son islas enteras de las cuales nadie toma responsabilidad, nos sujetamos a mascaras que apenas filtran la basura de las emisiones atroces. Ante esa abruma contaminante, construimos cubículos de plástico para aislarnos de nosotros mismos, para sobrevivir de nosotros mismos.

Cuando el moderno gozador, ese gran espectador y consumidor, se convierte en observador de la grandeza de su propia decadencia, se asoma dentro de la oscura complejidad de su realidad posmoderna, alcanza a distinguir en su vacío un sentido de culpa y de responsabilidad, una leve señal de un sensible mensaje que contradice completamente su relación con el ecosistema. Y ante eso, no sabe si arrancarlo todo de raíz o simplemente gritar, sálvense quien pueda.